La historia movida de la vida de Sebastian Kneipp está estrechamente ligada a su filosofía holística. Su enfermedad con la tuberculosis le obligó a tratarse con diferentes métodos de curación. Cuando logró curar la enfermedad mediante baño de agua fría en el Danubio, se encendió su espíritu de investigación.
A lo largo de su vida, Kneipp desarrolló sus conocimientos sobre los efectos curativos del agua y de las plantas medicinales en una enseñanza sistemática basándose en sus propias ideas. El pastor y naturópata creó así un concepto holístico de la vida que considera inseparablemente al hombre, sus hábitos de vida y su entorno natural como una unidad equilibrada.